Brais, 10-12-14
Había una vez un niño llamado Alonso que soñaba con
tener poderes. Un día, cuando el niño estaba llegando a casa se puso a llover y
a tronar. El niño corrió todo lo que pudo. Cuando estaba ya casi llegando, cayó
un rayo justo detrás de él. El niño se quedó conmocionado y se desmayó. Cuando
se despertó se sentía muy raro, notaba un cosquilleo por la barriga y se notaba más activo. Cuando llegó a casa
le contó a la madre lo que le había pasado; la madre se quedó impresionada. ¡No
se lo creía!
El niño parecía que tenía poderes; cuando miraba a
la tele fijamente la tele se encendía; él pensaba que era una coincidencia y
que la tele se encendía sola. Pero, no era solo eso lo que le ocurría, cuando
pasaba al lado de un animal oía lo que pensaba y lo mismo pasaba con las
personas. Además, cuando se caía y se hacía una herida se le curaba al momento.
Era todo muy raro. Alonso estaba flipando. No sabía qué hacer, si se lo contaba
a alguien iba a pensar que estaba loco. Poco a poco iba descubriendo poderes,
como que podía volar, que podía hacerse invisible… A partir de ese momento
empezó a usar sus poderes para hacer el bien sin que nadie supiera lo de sus
poderes.
FIN
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