Alonso, 12-12-14
Érase una vez una mamá pulga, un papá pulga y una pulguita
que era su hijo.
Ellos tenían una casa bajo tierra y los padres advirtieron a
la pulguita que no saliera al exterior, mientras que ellos iban a buscar
comida. Pero, la pulguita tenía ansiedad por salir al exterior, así que… no se
pudo contener y salió.
Cuando los padres llegaron y vieron que la pulguita no
estaba, se preocuparon y salieron en su búsqueda.
La encontraron hablando con una lagartija que se la quería
comer. Pero, llegaron los padres y consiguieron salvar a la pulguita.
Entonces la pulguita se dio cuenta de que había salido al
exterior en busca de sus padres porque la pulguita todavía no tenía nombre y al
final la bautizaron como Federico.
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