Julissa, 26-1-15
Había una vez dos caballos que vivían en una granja.
Un día, uno de ellos se escapó y el otro fue detrás de él;
entonces, se perdieron en un bosque y
uno dijo:
-Venga, tenemos que salir de aquí, sino nos comerán los
lobos. –Pero, el otro respondió:
-Es que me duelen
mucho las patas y no puedo caminar. Mejor nos quedamos aquí, ¿vale?
–No, no podemos; tenemos que regresar. Venga, que tú puedes.
–Que no, yo me quedo aquí.
-Bueno, ya verás cómo te comerán los lobos. Adiós.
Al día siguiente, el
caballo ya había regresado a la granja. Todos se pusieron muy contentos al
verlo. Entonces, una de las gallinas pregunto:
-¿Dónde está tú
hermano?
-Está en el bosque por que como le costaba trabajo caminar prefirió
quedarse allí esperando a que le fueran a buscar; yo le advertí de que los lobos le comerían
pero no me hizo caso ¿y no sé qué le habrá pasado?
De repente, todos
corrieron hacia el bosque. Cuando llegaron
le encontraron muerto y mordisqueado
por los lobos; entonces, todos se
pusieron muy tristes y nunca nadie de la granja volvió a pisar el bosque,
jamás.
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