sábado, 17 de enero de 2015

El árbol de las mariposas


 


Daniela-Iuliana, 18/12/2014




Había  una   vez,   unos   árboles   que  podían  hablar  y  moverse. Tenían  las  hojas  tan  duras  que  no se les rompían nunca.

Uno  de  los  árboles   se  chuleó  tanto de esta característica que  el  viento  se  enfadó, e  hizo  que  el  invierno  apareciera  acompañado de una  tormenta. 

Entonces, un joven  árbol   de  hojas  finas  vio  a   unas  mariposas  que  estaban    a  punto  de  morir   por  culpa  del frío y de  la  tormenta, así   que  las  llevó   con  él   hasta  su refugio.  





Cuando  la    tormenta   paró, ya todos   los  árboles   se  habían   quedado  sin   hojas. Al  llegar  la  primavera, a  todos   los   árboles  les   habían  crecido  las  hojas  menos  al joven generoso porque se le habían congelado las ramas con la tormenta. Para  agradecerle  al  árbol  lo   que   hizo  por   ellas, las  mariposas  se  sentaron  encima  de  él cubriendo sus ramas con preciosos colores a modo de hojas.





Desde  entonces,  ese  árbol  fue considerado en el bosque el mejor del   mundo.

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